lunes, 19 de julio de 2010

HISTORIA PARA MEDITAR

Esta es la historia de un muchacho que tenia muy mal carácter.Su padre le dió una bolsa con clavos y le dijo:Cada vez que perdiera la paciencia,deberia clavar un clavo detras de la puerta.El primer día el muchacho clavó treinta y siete clavos detras de la puerta.
Las semanas siguieron,a medida que el aprendía a controlar su genio,clavaba cada vez menos clavos detras de la puerta.Entonces descubrio que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta.Llegó el día en que pudo controlar su caracter durante todo el día .Después de informar a su padre ,este le sugirió que retirara un clavo cada día que lograr controlar su carácter.Los dias pasaron y el joven pudo finalmente anunciar a su padre que no quedaban clavos por retirar .
Su padre lo tomó de la mano y lo llevó hasta la puerta,y le dijo:¨Has trabajado duro hijo mío,pero mira todos estos hoyos en la puerta,nunca será la misma ,cada vez que tu pierdes la paciencia,dejas cicatrices exactamente como las que ves aquí.¨Tu puedes insultar a alguien y retirar lo dicho ,pero del modo que se lo digas devastara a esa persona y la cicatriz perdurará para siempre.

1 comentario:

  1. Bueno...
    Vivimos en un mundo... dónde los errores, y las cicatrices abundan.

    Es entonces que la enseñanza que hay en esta historia... sea muy importante.

    Cuanto cuidado debemos tener al abrir la boca...

    Pero lamentablemente... poco se aprecia el consejo, y la enseñanza.

    Cuesta, no hacer sentir mal, con alguna palabra...
    Cuanto más, herirá... aquél que no le importa tener el cuidado.

    Muy buena, esta historia, Jacqueline.
    Dá buen pie, para recordar, sobre la necesidad, de lo cuidadosos que debemos ser.

    Que estés muy bien.

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